A tu piel rugosa.
A tu piel,
a prueba de cuchillas resecas.
A tu timbre campana
A tu voz sedosa y ensordecedora
A tu pelo-alambre
A tu caricia tosca
A tus historias de piratas,
tierra fértil y pies con callos.
Héroe silencioso,
entre estas letras,
te proclamo.
Hoy,
y todos mis mañanas,
por mí,
para vos.
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